Wednesday, May 4, 2011

The Destroyed Temple, A Poem

The house at the end of the road,
the giant multiple-walled house

at the end of the road without
a telephone, or internet,

without a satellite dish,
without rubbish—the residents

burned what they consumed—
certainly smoke can be traced,

and the courier’s story leaked
out of somebody else’s mouth

held incommunicado
in an East-European dungeon,

on leased land in the island
of Cuba, but that is another story,

the war found its target, today,
in helicopter to hand combat,

four aircraft once again, this time
choppers, and special forces—

not from Afghan camps
into Florida flight schools--but

Navy Seals, and the target
legitimate, not three thousand

ordinary civilians living
their American lives

until robbed by death,
rules for the rest of us

alive modified, and now
another death, tying

of the circle, a full spin
around the planet, what

Peru’s president said
was John Paul’s first miracle,

coincidence, his beatification
and death in combat

of Osama Bin Laden,
a bullet in the temple

of Evil, no longer
a Mastermind.


Indran Amirthanayagam, May 2, 2011 c)2011. Reprinting only with author's permission.

Tuesday, May 3, 2011

Sobre el Susurro de Yoshi Sotomayor

El miércoles 27 de abril, en una tarde limeña fresca y clara, llegué al Centro Cultural CAFAE-SE. Fui invitado por la poeta Yoshi Sotomayor para presentar su primer poemario El susurro de la colibrí. Oriunda de Huari, en Ancash, Yoshi nos regaló un encuentro entre montaña y ciudad, selva y corazón, nostalgia por la tierra originaria y un delicado reconocimiento de haber hecho la migración, el traslado armonioso a la gran metrópoli, mas con el susurro de la colibrí de cerca, al oído.

No pretendo cumplir en este espacio con la tarea del cronista. Espero que algún otro escritor cuente de esa tarde de maravillas musicales, de los ritmos de los poemas hasta la voz de la cantante que nos acompañó, el violín de otro amigo, y con creces en la voz apasionada del poeta y director de la Casa del Poeta Peruano, José Guillermo Vargas Rodríguez.

Aquí reproduzco mi prólogo para el libro. Espero que acudan a leer este poemario tan delicado como el roce de la mano de un amor que no se quiere borrar de la piel. Está editado por “Ventana Andina”, Fondo Editorial de la Municipalidad Provincial de Huari.

Prólogo

La poesía de Yoshi Sotomayor me pica como el susurro del colibrí que alguna vez llevó al poeta a ese estado de memoria y añoranza que es fundamental para poder escribir poesía. Sotomayor es joven y muestra la temeridad del joven en este primer poemario. Ella no reniega de invocar a Vallejo y a las montañas de su tierra Huari, pero, aunque logrados, estos textos no reflejan las voces indelebles de esta colección. Para escuchar a ellas hay que leer y releer los poemas breves y misteriosos como Lumbre, Esa Rosa, Gris. Lumbre ofrece una excelente muestra de lo que el lector va a gozar. “Átame las manos”, dice la protagonista del poema, con un gesto que agarra al lector y le obliga a sentarse para ver el mundo del fuego, “si no quieres que dañe tus cabellos / aleja de mí este torrente”. Este es un poema caudal, una expresión franca de deseo, pero en fin seco, insatisfecho: “bebo del néctar que no moja siquiera / la punta de mi lengua”. El poema termina con una de las imágenes más tristes del libro: “y dejo escapar tu voz / como viento en mi oreja”.
El mismo viento nos trae el susurro del colibrí, y su ausencia nos deja “este humor a nada / narcótico hasta la idiotez”. Es un susurro protector, y la poeta y su lector van a sobrevivir los “rostros extraños / escupiendo sus vilezas / restregándomelas / en la cara”. ¿Por qué tengo tanta confianza en su supervivencia? Finalmente, la raíz del poema es el encuentro de la imaginación con la fe, lo irracional y lo vivencial. Hay que reconciliar a veces experiencias tremendamente difíciles: la muerte de los seres queridos, las decepciones políticas, amorosas, las discapacidades. Pero la misma vida que parece a veces perjudicarnos, nos da herramientas para renovarnos. El poema es un utensilio flexible y duradero y un alimento básico para la mesa, como lo es la papa, que forma la base de la alimentación peruana. Y si encontramos a Yoshi Sotomayor en nuestro camino, como el lector suertudo que abrirá este libro, nos sentaremos a comer bien y con buena compañía. Así que, no te preocupe Yoshi, si te vemos “caminando sola / en la noche / sobre el mar”, te hablaremos, fortalecidos por tus versos.

--Indran Amirthanayagam, Lima, 3 de mayo, 2011