Saturday, March 29, 2008
WILL READ FROM THE SPLINTERED FACE, AT VANCOUVER'S PUBLIC LIBRARY, APRIL 16
This Splintered Face will be on display April 16 at the downtown branch of the Vancouver Public Library at 350 Georgia in the Alma Van Dusen and Peter Kay Rooms. Come to hear the Canadian launch of this new book, starting at 7.30 pm that evening.
Monday, March 24, 2008
SOBRE TRADUCCION, CON TRES POEMAS DE VIVIMARIE VANDERPOORTEN
Presento tres poemas de la srilankesa Vivimarie VanderPoorten. Subí uno de ellos a mi blog cuando regresé de Sri Lanka en enero. Ahora bautizo mi primer ensayo publico en la traducción del inglés al español con estos tres hermosos textos de su poemario nothing prepares you.
Hay tantas ideas curiosas y acontecimientos extraños que surgen cuando uno empieza la aventura de traducir un poema. Por ejemplo, debemos decidir guardar en el lenguaje de llegada la ortografia y relación idiosincrática que tiene un poeta con su idioma. Cada poeta sufre la tentación de romper las reglas, ver el idioma como debe ser, una energía dinámica, cambiante. Asi, escribo el titulo del libro en minúsculas y utilizo mayúscula al principio de cada verso de una de las traducciónes. Para hacerlo y asi respetar las decisiones de la poeta tuve que dejar a un lado mis propias prácticas de poeta.
Tal vez para algunos lectores este planteamiento es igual de extraño que la decisión original de la poeta. ¿A quién importa una mayúscula? me preguntan varios líderes de nuestras sociedades, presidentes, alcaldes, médicos, abogados, científicos, todos que son responsable desde la Iluminación para asegurar al ciudadano común y corriente que el mundo va bien y se conduce hacia un futuro más justo, intelegible, con salvavidas para todos y las demás criaturas , y también para los árboles y las plantas acuáticas…
Mi pregunta es sin duda retórica y evasiva, pero útil. Si, importa la Mayúscula. Sí importan las reglas de ortografía desarrolladas a lo largo de la historia. Y sí, importa que estas reglas sean creativas, que vayan hacia la luz y el agua como toda buena planta y además acepten la adición de un gene extraño extraido de un pez o un tomate. Y de ahi crecerá un nuevo árbol, un nuevo poema, el poema traducido y orgulloso de andar fuera del laboratorio de Mary Shelley or de Leticia Damm (mi maestra, que me ayudó con estas traducciones).
En otro momento llevaré este texto al inglés y al francés, además de reflexionar más sobre el arte misterioso, y nada menor, ni traidor, de la traducción. Un abrazo.
MAPAS
Perdida
en el viaje confuso
hacia la madurez
no había mapas para mostrarle el camino
solo una maraña de rutas sin letreros
encrucijadas sin flechas.
Sin mapa
ella tomó la ruta
que le pareció familiar,
que parecía ser la correcta—
“Cásate con un buen hombre que te cuide.”
Ahora, abusada y vieja
a los veintiséis años
le pregunta al adivino arrugado,
el profeta de futuros, vidente de destinos,
qué ve en los callos de su palma:
Dice con un suspiro
“Hay tantas líneas,
tienes muchas preocupaciones—
y demasiadas penas del corazón…
Estas líneas son como calles
en una ciudad
sin mapas. “
-- Vivimarie VanderPoorten, c) 2008 traducción Indran Amirthanayagam
MAPS
Lost
on the
confusing journey to adulthood
there were no maps to show her the way
only a mass of roads without signboards
crossroads without arrows.
Having no map
she took the road
that looked familiar
sounded right -
"marry a good man who will take care of you"
Now, abused and old
at twenty six
she asks the wizened fortune teller,
predictor of futures, seer of fates
what he sees in her callused palm:
He says with a sigh
"There are so many lines,
you are having so many worries -
have too many heartaches. . .
These lines, they're
like roads in
a city without maps".
--- c) 2008 Vivimarie VanderPoorten
DECRETO NISI
Hoy un juez
en una corte mohosa
Deciderá
que no podemos más vivir juntos,
tú y yo.
Declarará nuestro matrimonio
Terminado, nos transformará
en extraños. Otra vez.
Eres valiente al presentarte.
Amigas solícitas—
abogados—
me dijeron que No Fuera.
Asi, oculto a
miradas lujuriosas
(suponiendo, con manos sobre bocas)
y fuera de la vista
del Estado invasor,
tengo tiempo para recordar
algunos tiempos cuando la pasamos bien.
Paises visitados, millas recorridas al volante, vida salvaje
en bosques quietos
comidas compartidas, momentos tiernos,
incluso risas .
Basta de eso.
Ahora, como no puedo abondanarte de mala fe,
Y el adulterio no es más una crimen que podemos cometer,
Tal vez podamos ser amigos otra vez.
-- Vivimarie VanderPoorten, c) 2008 traducción Indran Amirthanayagam
DECREE NISI
Today a judge in a musty courtroom
Will decide that
we can no longer live together,
you and i.
He will declare our marriage
Terminated,
Transform us into strangers. Again.
You are brave to be there.
Solicitous girlfriends-
lawyers-
told me Not to Go.
So, hiding away
from lecherous glances
(surmising, behind hands over mouths)
and out of sight of
invasive State,
I have time to recall
some good times we had.
Countries visited, miles driven, wild life watched in still
forests
meals shared, moments of tenderness,
some laughter, even.
But enough of that.
Now, since I cannot desert you maliciously,
And adultery is no longer a crime we can commit,
Perhaps we could be friends again.
--c) 2008 Vivimarie VanderPoorten
VISITA A LOS GIGANTES
En la primera escapada ese verano
A Giant’s Causeway
Restos de una antigua erupción volcánica
Subiendo esas losas octagonales
Perfectas,
Contemplando la precisión
De forma,
Llena de asombro ante el mundo natural,
Me preguntó una hermosa familia perfecta
De cuatro, turistas de Estados Unidos,
De donde venia yo:
Les contesté
“En qué parte de Africa está?”
Entonces les expliqué
Que es la isla
En forma de una lágrima
junto a la costa de la India:
No les dijé
Que tenia un pasado espléndido
Pero ningun futuro,
Que su rico suelo
Está manchado de sangre,
Y que hay desesperanza
En los ojos
de sus niños.
Cuando me preguntaron
“¿Entonces, como es?”
Les dije solamente
“Es mi tierra.”
--Vivimarie VanderPoorten, c 2008 traducción Indran Amirthanayagam
VISITING GIANTS
On the first outing that summer
To Giant’s Causeway
Remnant of an ancient volcanic eruption
Ascending those perfect
Octagonal stones
Contemplating precision
Of shape
Full of wonder at the natural world,
I was asked by a
Perfectly beautiful
family-of-four,
- tourists from America
where I was from:
I answered.
“Which part of Africa is that?”
So I explained
That it’s the island
Shaped like a teardrop
off the coast of India:
I didn’t say
That it has a splendid past
But no future
That its rich soil
Is drenched in blood
And that there’s hopelessness
In the eyes
of its children.
When they asked me
“So what’s it like”
I only said
“It’s home”
-- c) 2008 ViviMarie VanderPoorten
VISITA A LOS GIGANTES
En la primera escapada ese verano
A Giant’s Causeway
Restos de una antigua erupción volcánica
Subiendo esas losas octagonales
Perfectas,
Contemplando la precisión
De forma,
Llena de asombro ante el mundo natural,
Me preguntó una hermosa familia perfecta
De cuatro, turistas de Estados Unidos,
De donde venia yo:
Les contesté
“En qué parte de Africa está?”
Entonces les expliqué
Que es la isla
En forma de una lágrima
junto a la costa de la India:
No les dijé
Que tenia un pasado espléndido
Pero ningun futuro,
Que su rico suelo
Está manchado de sangre,
Y que hay desesperanza
En los ojos
de sus niños.
Cuando me preguntaron
“¿Entonces, como es?”
Les dije solamente
“Es mi tierra.”
--Vivimarie VanderPoorten, c 2008 traducción Indran Amirthanayagam
VISITING GIANTS
On the first outing that summer
To Giant’s Causeway
Remnant of an ancient volcanic eruption
Ascending those perfect
Octagonal stones
Contemplating precision
Of shape
Full of wonder at the natural world,
I was asked by a
Perfectly beautiful
family-of-four,
- tourists from America
where I was from:
I answered.
“Which part of Africa is that?”
So I explained
That it’s the island
Shaped like a teardrop
off the coast of India:
I didn’t say
That it has a splendid past
But no future
That its rich soil
Is drenched in blood
And that there’s hopelessness
In the eyes
of its children.
When they asked me
“So what’s it like”
I only said
“It’s home”
-- c) 2008 ViviMarie VanderPoorten
Monday, March 17, 2008
ON ISLANDS, CAVAFY AND JEN HADFIELD
ON ISLANDS , CAVAFY AND JEN HADFIELD
I have been searching for islands since I left Ceylon in 1969. Ceylon no longer exists and not because of a rising ocean. Even the ravenous Tsunami of 2004 has gone back to its lair and islanders are picking up flotsam and getting on with their lives. What else are we supposed to do? Birth, love, death, a glance back sometimes, and blinkered, hatted, we march ahead
When I left the island I did not realize I carried it with me. I think of Cavafy and his bitter poem called The City, that “you will find no new lands, you will find no other seas/The city will follow you. You will roam the same/streets. And you will age in the same neighborhoods.” Cavafy becomes even more acerbic as the poem goes on. He says “there is no ship for you, there is no road.” (translation: Rae Dalven)
But of course there is always a ship, always a road. Like Auden’s “poetry makes nothing happen,” Cavafy’s powerful melancholy challenges us. But we do not have to listen. We can choose to ignore the poets' instructions.
And so can all musicians, painters, playwrights, every manner and species of artist fit for the new Ark. If we take Auden and Cavafy to the letter we would pack up our pencils and laptops and disappear. Even Kilroy would not choose to go for a walk.
In the course of my walking about, and thanks to writer Marie Carter, I came across poems of Jen Hadfield. Hadfield lives in the Shetland Islands. But she wanders about Canada in some of her latest book Nigh-No-Place. Spending time with her poems has taken me on a most pleasant journey, past Ithaca and back. She says in “No Snow fell on Eden,” “Eve knew no one who was dying/Adam never sat up late, drinking and crying.”
That is a beaut of a rhyme and full of the sadness of cold and remote climates. Hadfield has a deft ear for the sounds of windswept places. “I will meet you at Pity Me Wood./I will meet you at Up-To-No-Good./I will meet you at Stank, Shank and Stye./I will meet you at Blowfly.”
She has a wicked sense of humor and an ear tuned to fine lilts and jigs in the English language. Here is
I have been searching for islands since I left Ceylon in 1969. Ceylon no longer exists and not because of a rising ocean. Even the ravenous Tsunami of 2004 has gone back to its lair and islanders are picking up flotsam and getting on with their lives. What else are we supposed to do? Birth, love, death, a glance back sometimes, and blinkered, hatted, we march ahead
When I left the island I did not realize I carried it with me. I think of Cavafy and his bitter poem called The City, that “you will find no new lands, you will find no other seas/The city will follow you. You will roam the same/streets. And you will age in the same neighborhoods.” Cavafy becomes even more acerbic as the poem goes on. He says “there is no ship for you, there is no road.” (translation: Rae Dalven)
But of course there is always a ship, always a road. Like Auden’s “poetry makes nothing happen,” Cavafy’s powerful melancholy challenges us. But we do not have to listen. We can choose to ignore the poets' instructions.
And so can all musicians, painters, playwrights, every manner and species of artist fit for the new Ark. If we take Auden and Cavafy to the letter we would pack up our pencils and laptops and disappear. Even Kilroy would not choose to go for a walk.
In the course of my walking about, and thanks to writer Marie Carter, I came across poems of Jen Hadfield. Hadfield lives in the Shetland Islands. But she wanders about Canada in some of her latest book Nigh-No-Place. Spending time with her poems has taken me on a most pleasant journey, past Ithaca and back. She says in “No Snow fell on Eden,” “Eve knew no one who was dying/Adam never sat up late, drinking and crying.”
That is a beaut of a rhyme and full of the sadness of cold and remote climates. Hadfield has a deft ear for the sounds of windswept places. “I will meet you at Pity Me Wood./I will meet you at Up-To-No-Good./I will meet you at Stank, Shank and Stye./I will meet you at Blowfly.”
She has a wicked sense of humor and an ear tuned to fine lilts and jigs in the English language. Here is
Thou Shalt Want Want Want
It is in heaven as it is on thy neighbour’s deck—
a plume-tailed cat, a noodle-legged tin table.
You will covet your neighbour’s horse
and you will covet your neighbour’s land.
You will covet your neighbour,
crawling the apex with a blue tarp in tow.
You will covet bandshaws and braziers,
longbows and throwing knives,
parlour guitars,
shovels snuffling three feet of snow.
You will covet your neighbour,
planting a spittoon for the rain to hawk into.
You will covet your neighbour, hunched over the piano stool
to hammer out the wild, piratical waltzes.
You will covet polkas, quails,
painted pitchforks, a picket fence, a Dutch barn.
a chafing dish, a bain marie,
a kid, a civet, a trivet;
you must have a bodkin, an empire pram.
Thou shalt want want want.
You will covet your neighbour’s ass.
Thou shalt covet Warmbloods,
Arabians.
--c) 2008, Jen Hadfield, from Nigh-No-Place ( BloodAxe Books )
If I may be so bold: I covet the poetry of Jen Hadfield.
a plume-tailed cat, a noodle-legged tin table.
You will covet your neighbour’s horse
and you will covet your neighbour’s land.
You will covet your neighbour,
crawling the apex with a blue tarp in tow.
You will covet bandshaws and braziers,
longbows and throwing knives,
parlour guitars,
shovels snuffling three feet of snow.
You will covet your neighbour,
planting a spittoon for the rain to hawk into.
You will covet your neighbour, hunched over the piano stool
to hammer out the wild, piratical waltzes.
You will covet polkas, quails,
painted pitchforks, a picket fence, a Dutch barn.
a chafing dish, a bain marie,
a kid, a civet, a trivet;
you must have a bodkin, an empire pram.
Thou shalt want want want.
You will covet your neighbour’s ass.
Thou shalt covet Warmbloods,
Arabians.
--c) 2008, Jen Hadfield, from Nigh-No-Place ( BloodAxe Books )
If I may be so bold: I covet the poetry of Jen Hadfield.
Friday, March 7, 2008
LAUREN MENDINUETA: SEIS POEMAS
Fue dificil para mi hacer una selección de la poesía de la colombiana Lauren Mendinueta por haber tenido que elegir entre tantos poemas poderosos. Recien descubrí su voz y sus intereses y he estado leyendo sus poemas durante días y noches sin fin. Lee muy bien y de tradiciones unidas por su concentración en el oficio solitario y sin compromiso del monje poeta. Me dió gusto ver el poema dedicado a Thomas Merton, el monje que fue el guia de Ernesto Cardenal en el monasterio de Gethsemane en Kentucky. Además Merton era un poeta político y filosófico, uno de los mejores anunciadores de esos años de profetas, de los sesentas de Bob Dylan y Allen Ginsberg y John Lennon. Hay varios poemas sobre el oficio del poeta, la poesía, la creación y la muerte en la antología Poesia en si misma que reune versos escritos durante 10 anos (1997-2007). En fin decidí presentar seis poemas con mi recomendación sin reserva de buscar este libro y otros de la poeta radicada ahora en Portugal.
RELATO DE VIDA
Antes de estos poemas
la claridad de los astros.
En otro tiempo En otro lugar
la transparencia de la música
dentro de mí.
Me deslicé
entre las piernas de la tierra
y al primer aniversario
le siguieron otros.
La tarde se volvió
una estación pequeña del día.
La memoria me dice que existo
y aunque soy un punto
sobre la tierra
no me encontraré en los mapas.
Soy sana
como un árbol en el cementerio.
Estoy hecha
de la más antigua levadura
y sin dificultad me multiplico.
Mi descendencia tiene las manos desnudas
y anudadas a la tristeza.
Ignoro completamente mi destino
a pesar de llevarlo indeleble
en las líneas de las manos.
EL CLIMA DE LAS CAMPANAS
No distingo un golpe del siguiente o el anterior,
y si escuché una campana en Paris
lo mismo la recuerdo como si fuera en Barranquilla.
¿Qué cosa distingue un aire de otro?
¿Qué sonido volará hasta lo que soy
para dar cuenta de lo que he sido?
Soy la mujer que más he detestado,
incapaz de hacerlo como lo merezco,
me detesto con tibieza.
Hay un repicar de nada contra nada,
un clima de campana en mi oído.
EL ÁRBOL DE ORO
El árbol de oro transforma la apariencia del paisaje.
Lo que nosotros llamamos naturaleza está ahí,
pero la vida del árbol le trajo un relieve,
una claridad que antes no tenía.
Crecen en sus ramas resplandores sin sol,
y sus altas luces obligan a mirar hacia arriba,
hacia la amplitud del cielo,
que él, con la delicadeza de sus hojas, resalta.
Su firme presencia
hace visible el espacio invisible del aire.
REPRESENTACIÓN TEATRAL
Los telones de la realidad
se levantan temblorosos
sobre mi enlutado país.
Un coro de espectadores,
la vida del mundo,
espera el inicio de la representación,
pero no escuchará el parlamento de tanto actor,
ni verá sus bocas enormes
que se abren en un gesto desesperado;
sus ojos vacíos, de invitado importante,
no verán el fondo.
Sólo el recuerdo intemporal conoce los libretos.
Porque lo sabe, la memoria calla lo perdido.
Estoy aquí sobre el escenario y sufro:
nada sé del anónimo silencio
que ignoro otra vez.
VIDA MONACAL
RELATO DE VIDA
Antes de estos poemas
la claridad de los astros.
En otro tiempo En otro lugar
la transparencia de la música
dentro de mí.
Me deslicé
entre las piernas de la tierra
y al primer aniversario
le siguieron otros.
La tarde se volvió
una estación pequeña del día.
La memoria me dice que existo
y aunque soy un punto
sobre la tierra
no me encontraré en los mapas.
Soy sana
como un árbol en el cementerio.
Estoy hecha
de la más antigua levadura
y sin dificultad me multiplico.
Mi descendencia tiene las manos desnudas
y anudadas a la tristeza.
Ignoro completamente mi destino
a pesar de llevarlo indeleble
en las líneas de las manos.
EL CLIMA DE LAS CAMPANAS
No distingo un golpe del siguiente o el anterior,
y si escuché una campana en Paris
lo mismo la recuerdo como si fuera en Barranquilla.
¿Qué cosa distingue un aire de otro?
¿Qué sonido volará hasta lo que soy
para dar cuenta de lo que he sido?
Soy la mujer que más he detestado,
incapaz de hacerlo como lo merezco,
me detesto con tibieza.
Hay un repicar de nada contra nada,
un clima de campana en mi oído.
EL ÁRBOL DE ORO
El árbol de oro transforma la apariencia del paisaje.
Lo que nosotros llamamos naturaleza está ahí,
pero la vida del árbol le trajo un relieve,
una claridad que antes no tenía.
Crecen en sus ramas resplandores sin sol,
y sus altas luces obligan a mirar hacia arriba,
hacia la amplitud del cielo,
que él, con la delicadeza de sus hojas, resalta.
Su firme presencia
hace visible el espacio invisible del aire.
REPRESENTACIÓN TEATRAL
Los telones de la realidad
se levantan temblorosos
sobre mi enlutado país.
Un coro de espectadores,
la vida del mundo,
espera el inicio de la representación,
pero no escuchará el parlamento de tanto actor,
ni verá sus bocas enormes
que se abren en un gesto desesperado;
sus ojos vacíos, de invitado importante,
no verán el fondo.
Sólo el recuerdo intemporal conoce los libretos.
Porque lo sabe, la memoria calla lo perdido.
Estoy aquí sobre el escenario y sufro:
nada sé del anónimo silencio
que ignoro otra vez.
VIDA MONACAL
El alma es un cristal y la divinidad su brillo.
Ángelus Silesius
En el claustro de la memoria
los monjes caminan con hábitos ondulantes como el agua,
no puedo verlos pero escucho la vocación de las olas.
La adoración exige templos y deberes,
un canto que narre a quien lo escuche
la gloria que asoma en lo real.
En el silencio del deambulatorio
la paciente maduración de la hoja
que abandona el árbol,
deseosa de entrar sola en el misterio.
Para Thomas Merton
VISITA TURÍSTICA
Estoy en medio de una Acrópolis nunca visitada.
Aquí, señores, en Atenas,
existió cuanto el hombre creyó posible:
La civilización, decrépita hoy, pavoneándose
más espléndida que ninguna antaño.
Me estremece saber que fue diseñada noble,
astuta como Cécrope,
útil para el culto y propicia para el cuerpo
de los graciosos adolescentes griegos.
Todo esto fue antes de que yo caminara entre sus ruinas.
Me sobrecoge lo que en la Acrópolis ya no es,
y me siento aún más pequeña
perdida en mi insuperable condición humana.
Me conmueve la armonía de sus formas,
me intimida la grandeza de sus espacios,
pero lo que más me asusta es el tiempo
que como un niño la derribó a patadas.
c) 2008 Lauren Mendinueta
Ángelus Silesius
En el claustro de la memoria
los monjes caminan con hábitos ondulantes como el agua,
no puedo verlos pero escucho la vocación de las olas.
La adoración exige templos y deberes,
un canto que narre a quien lo escuche
la gloria que asoma en lo real.
En el silencio del deambulatorio
la paciente maduración de la hoja
que abandona el árbol,
deseosa de entrar sola en el misterio.
Para Thomas Merton
VISITA TURÍSTICA
Estoy en medio de una Acrópolis nunca visitada.
Aquí, señores, en Atenas,
existió cuanto el hombre creyó posible:
La civilización, decrépita hoy, pavoneándose
más espléndida que ninguna antaño.
Me estremece saber que fue diseñada noble,
astuta como Cécrope,
útil para el culto y propicia para el cuerpo
de los graciosos adolescentes griegos.
Todo esto fue antes de que yo caminara entre sus ruinas.
Me sobrecoge lo que en la Acrópolis ya no es,
y me siento aún más pequeña
perdida en mi insuperable condición humana.
Me conmueve la armonía de sus formas,
me intimida la grandeza de sus espacios,
pero lo que más me asusta es el tiempo
que como un niño la derribó a patadas.
c) 2008 Lauren Mendinueta
Monday, March 3, 2008
JUAN CARLOS GOMEZ RECINOS, CUATRO POEMAS
Juan Carlos Gomez Recinos vive en Colima, México. No conozco sus lares pero he vivido y viajado en otras tierras mexicanas y estoy seguro que si los poetas que he encontrado y que se han convertido en mis amigos podrían agarrar aún una porción mínima de la visión y energía de este poeta natural, ambiciosa, listo para abrazar de nuevo al mundo con una retórica aprendida de los grandes, de Neruda principalmente, de Borges…no habrá necesidad para llorar sobre la muerte del poeta y su evicción de la plaza pública. En unas semanas van a ser editados sus primeros dos libros ¡Imaginate, gemelos y a los veinti- tantos años…y premios…y pronto una editorial….y lectores en todas partes! Le felicito a Juan Carlos Gomez Recinos, la poeta igual de ésplendida Ana Gabriel, su esposa y co-conspiradora en el arte medicinal de mantener sano, y salvo de extinción premadura, la poesía y sus poetas. Aqui van cuatro poemas de uno de estos nuevos libros “Art Poetica.”
Los enamorados lloran como ausentes,
anticipando el último día.
Hoy los vi en la horizontal isla,
con los ojos interrogados, con sus baúles viejos.
Son vistosos al sentir la primavera,
hacen el amor ebrios, con pájaros y flores,
se reconocen en un incendio sinfónico,
en el nimio litoral de sus acompasados sexos.
Se funden en un Adán y Eva,
a goterones lentos, zumbando su dulce alegría.
*
Conviene que la sombra
escuche la voluntad del relámpago,
con su silencio espeso.
Te recuerdo al amanecer del día,
inmóvil como las estrellas,
con salvajes besos que se anclan
a mi nuca, y débilmente, esta noche
de palabras confusas, necesita
de poetas y biógrafos.
*
Esto es mi carne temblando,
extraviada en tu cuerpo.
Hay peces sin escama,
palabras, voces nocturnas
empapadas de licor.
Tus ojos parecen practicar
su vuelo, en mi atento silencio.
*
Tu vientre:
ciudad y templo,
río y cascada.
Eres relámpago de colibrí.
Mis palabras cantan tu nombre
en silencio, y un Dios justo
entra en este poema.
De mi oficio, tu nombre,
mis ojos ciegos.
La noche tiembla desnuda
tu ausencia, en un perpetuo
planeta inocente, persigue tu carne.
-- de Art Poetico, c) 2008 Juan Carlos Gomez Recinos
Los enamorados lloran como ausentes,
anticipando el último día.
Hoy los vi en la horizontal isla,
con los ojos interrogados, con sus baúles viejos.
Son vistosos al sentir la primavera,
hacen el amor ebrios, con pájaros y flores,
se reconocen en un incendio sinfónico,
en el nimio litoral de sus acompasados sexos.
Se funden en un Adán y Eva,
a goterones lentos, zumbando su dulce alegría.
*
Conviene que la sombra
escuche la voluntad del relámpago,
con su silencio espeso.
Te recuerdo al amanecer del día,
inmóvil como las estrellas,
con salvajes besos que se anclan
a mi nuca, y débilmente, esta noche
de palabras confusas, necesita
de poetas y biógrafos.
*
Esto es mi carne temblando,
extraviada en tu cuerpo.
Hay peces sin escama,
palabras, voces nocturnas
empapadas de licor.
Tus ojos parecen practicar
su vuelo, en mi atento silencio.
*
Tu vientre:
ciudad y templo,
río y cascada.
Eres relámpago de colibrí.
Mis palabras cantan tu nombre
en silencio, y un Dios justo
entra en este poema.
De mi oficio, tu nombre,
mis ojos ciegos.
La noche tiembla desnuda
tu ausencia, en un perpetuo
planeta inocente, persigue tu carne.
-- de Art Poetico, c) 2008 Juan Carlos Gomez Recinos
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