LA SOMBRA
-- a L.D.
despierta al aleteo del picaflor,
arranca su auto
para cruzar el río seco;
y en Constitución
va en busca de un cachete.
En el camino susurra
que no soportará
la violación
del sentido comun,
que prefiere
a poetas que escriban
con pinceles, mujeres
que aceptan ser dibujadas
con pinceles, y las
que pintan autorretratos,
y las demás mujeres
por el consuelo
de ser abrazado, amado,
y esa musa que vive
en la calle Mina
quien le invita a casa
a comer tortillas y frijoles
y machacado con huevos
y lo corrige con gusto,
la Mexicana
quien le ha hecho
un lugar en su literatura
como chico del barrio,
hombre regio,
amigo imaginista.
-- Indran Amirthanayagam, el 28 de noviembre, derechos reservados 2008
Wednesday, November 28, 2007
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